sábado, 2 de marzo de 2013

La Calle del Arco de Santa Catalina







Su longitud alcanza poco más de un kilómetro. Es completamente recta y sobrepasa a la Alameda de Santa Lucía.

Deriva su nombre por el Arco de Santa Catalina y su usanza como referencia para ubicarse: es fácil de ver desde lo lejos por su altura e inconfundible presencia.

En el extremo norte de la Calle del Arco se encuentra la Iglesia Convento de la Merced. Desde acá la calle recorre la ciudad hacia el sur pasando frente al Parque Central y el Portal de las Panaderas, luego junto al Palacio de los Capitanes hasta llegar a la Iglesia de San José el Viejo para internarse en un área residencial.
Es posiblemente la calle con más actividad de la ciudad colonial durante todo el año contando con ventas de artesanías, hoteles, numerosos restaurantes.
Además es escenario de eventos culturales que la recorren en fechas especiales, incluyendo las fiestas culturales del fin de navidad y fin de año que se han vuelto una tradición.

El vistoso, clásico y colonial Arco de Santa Catalina es una pasarela entre dos partes de un convento de reclusión, se utilizaba para ir de un lado a otro sin que las monjas fueran vistas.
En su parte alta tiene un reloj que da la hora hacia ambos lados de la Calle del Arco. Es de origen francés, marca Lamy Amp Lacroix. Sufrió daños en el terremoto de 1976 que afectara principalmente la Ciudad de Guatemala (pero que también se hizo sentir en La Antigua Guatemala a 45 km de distancia). Los daños fueron tales que dejó de funcionar pero quince años después dio la hora de nuevo al ser reparado finalmente.
Se trata en realidad de una joya de finales del siglo XIX.